Si estás leyendo este artículo, probablemente sientas que algo no anda bien y no encuentras una explicación lógica: cambios de humor repentinos, cansancio extremo, bloqueos en áreas importantes de tu vida… y piensas que es algo anormal o externo a ti. Si esto resuena contigo, puede que estés experimentando la influencia de un trabajo energético dirigido hacia ti.
¿Qué es un trabajo energético dirigido hacia ti?
Es una proyección en la que alguien, de forma consciente o inconsciente, envía energía hacia tu campo energético, en este caso, con intenciones negativas, como desearte que te vaya mal, que enfermes, que te bloquees emocionalmente o que te alejes de algo o alguien.
Los pensamientos, palabras y acciones son vibración, por ello si una persona los dirige hacia ti, y con intención, esa vibración va a tener su repercusión en tu campo energético. A veces esa energía viene de envidias, celos, rabia, pensamientos negativos reiterados (lo que se conoce como «mal de ojo»), manipulación emocional o incluso rituales (brujería, magia negra o hechizos). No hace falta que haya algo ritualizado para que interfiera en tu bienestar: te sientes cansado/a, con miedos o bloqueos que antes no tenías, te cuesta avanzar o simplemente “algo no se siente bien”.
Señales comunes de que podrías estar afectado/a
Algunos síntomas que podrías experimentar si eres víctima de un trabajo energético para hacerte daño, son:
- Dificultad para dormir, sueños inquietantes
- Pensamientos negativos y pesimistas que surgen sin razón
- Sensación de agotamiento constante sin causa aparente
- Dolores y molestias físicas que no se corresponden con ninguna enfermedad diagnosticada
- Emociones desbordadas e injustificadas (angustia, tristeza profunda), irritabilidad y cambios de humor repentinos
- Conflictos frecuentes con familiares, amigos o pareja sin causas evidentes
- Accidentes frecuentes
- Obstáculos inesperados en proyectos y metas personales
- Plantas que se marchitan sin razón aparente
- Sensación de estancamiento, de que a pesar de los esfuerzos, no se avanza en la vida
Lo más importante y el factor común a todos estos síntomas: sientes que esto “no te pertenece”. Es repentino, irracional, extraño.
¿Cómo distinguir entre un mal momento y una posible influencia energética?
Es importante no dejarse sugestionar: no todas las malas rachas se deben a trabajos energéticos. Puedes estar atravesando una etapa complicada por razones personales, familiares o emocionales, o por estar en ambientes o relaciones tóxicas que influyen negativamente en todos los ámbitos de tu vida. También puede ser debido a que tengas muchas creencias limitantes, que influyen en la manera en la que percibes, respondes y atraes situaciones. En estos casos, la situación mejora cuando cambias de entorno o haces trabajo interior.
Sin embargo, cuando los síntomas son muy marcados, persisten en el tiempo y vienen acompañados de una sensación interna de “esto no es mío”, conviene prestar atención. La clave está en observar tu intuición y patrones repetitivos de mala suerte o cambios drásticos sin causa aparente.
¿Qué puedes hacer si sientes que te han hecho un trabajo energético para hacerte daño?
Lo primero y más importante es no dejarte llevar por el miedo. Aunque puedas estar sintiendo algo extraño, denso o fuera de lo común, existen muchas herramientas para recuperar tu equilibrio y cortar cualquier energía negativa que no te pertenezca.
Lo primero que te aconsejaría, es que escanees tu entorno, y veas qué personas pueden estar deseándote mal. En muchos casos es fácil identificarlas, aunque no siempre es posible romper el vínculo, si se trata de un familiar o compañero cercano. Pero puedes limitar al máximo el contacto con esta persona/s. Además, evita compartir tus proyectos con personas que percibas envidiosas o negativas, porque muchas veces los bloqueos vienen de envidias y malos deseos que otros proyectan sin siquiera ser conscientes. Cuida tu entorno, rodéate de personas y entornos que te sumen y no temas poner límites. Tu energía es sagrada.
La siguiente acción que puedes tomar es hacer una limpieza energética casera. Hay muchas formas sencillas de hacerlo: por ejemplo, puedes darte baños de descarga con sal gruesa, o baños con ruda o romero; puedes encender sahumerios con intención o trabajar con cuarzos protectores. Si los síntomas persisten o sientes que necesitas ayuda más profunda, lo ideal es acudir a un terapeuta energético que utilice herramientas como la radiestesia (péndulo), que permite identificar y limpiar trabajos energéticos o bloqueos del aura.
Pero además de limpiar, es fundamental que protejas tu energía. Te aconsejo que lleves algún amuleto como barrera ante energías negativas, como los que tradicionalmente se han utilizado: la mano de Fátima, el ojo turco, la cruz de Caravaca o la turmalina negra. Ten en cuenta que más allá de los objetos, lo más poderoso cuando hagas ejercicios de protección, es tu intención y conciencia: visualiza un escudo de luz blanca o azul que te protege y fortalece, o invoca a tus guías, sobre todo antes de visitar lugares densos o relacionarte con personas que te drenan.
Si quieres evitar ser víctima de trabajos energéticos, lo más efectivo es elevar tu vibración. Cuando vibras alto, las energías densas no tienen espacio. Puedes hacerlo a través de la meditación, el reiki, la respiración consciente, la conexión con la naturaleza o cualquier actividad que te devuelva a tu centro. Fortalecer tu campo energético no solo te protege, sino que te devuelve tu poder personal.
Por último, muchas veces el efecto de un mal de ojo o una energía que te envían se intensifica porque en tu subconsciente hay miedo, inseguridad o sensación de vulnerabilidad. Si trabajas tus creencias limitantes con herramientas como PYSCH-K, te vuelves más fuerte, más luminosa/o y más libre, al eliminar los bloqueos internos que te hacen más permeable a influencias externas.
Espero que este artículo haya sido de tu interés. Si deseas más información o quieres contratar una sesión de limpieza energética, puedes encontrarme aquí:
